Nací en un lugar privilegiado, a orillas del Titicaca en una bahía tranquila donde muchas otras personas han dejado huella, donde muchos momentos culturales y sociales han sido iniciados o madurados. Nodo de dos corrientes culturales históricas, quechuas y aymaras, una tierra con tanta historia, con tanta promesa y con tanto futuro que mire alegra poder celebrar un año más el vivir aquí.
No pocas veces me preguntan, ¿piensas salir de aquí?, de Puno, mi respuesta es siempre segura: si – pero siempre acompañada de- pero pretendo regresar y pasar mis últimos días aquí.
Es ese pequeño sectarismo que me permito, soy puneño, amo está fría tierra, pese a su sociedad actual, amo esta ciudad tranquila, pequeña, acogedora, y quiero hacerla más nuestra, una joya del altiplano. Amo su cultura, su historia, su arte, su música, y sobre todo su geografía que la obliga a ser pequeña, y contener todo en ese frasco pequeño de su bahía interior.
¡Feliz Día Puno!