Caray esto ya se parece a las confesiones después de una noche de copas, bien merecido tiene el nombre de Bar esta categoría. Bueno a por el post que trata de como a veces digo una cosa pero siento otra.
Normalmente soy un chico tranquilo, como todos, de vez en mes salgo con mis excentricidades, léase frikismo, característica que me he ganado a punta de disfraces y bailes*. pues mi vida se parece muchos mi día a día, me despierto con haraganería el desayuno anima mi sentidos y durante el día cual señal electromagnética voy variando entre excentricidad, felicidad, seriedad, melancolía. Soy de aquellos que gusta de hablar frente a todos, y que le escuchen, pero tras esta publicidad propia, esta un chico tímido, si tímido, con miedo de no ser aceptado, y es que a veces se me es difícil expresar mis ideas y sentimientos, todo esto termina arrojado a un /dev/null mental y con el paso del tiempo se va desapareciendo y olvidando, llega otro día ya uno con las cosas que hacer y lo imprevisto viene pasando el tiempo, quizá con provecho, o solo por sobrevivir a la universidad.
Bueno empezare por hablar de un psicólogo, y el único al que asistí, pues por mi pésima condición física creía estar enfermo de algo … iba a cada nada al hospital para ver que me tenia así, una doctora me dijo, «tu no tienes nada, lo que padeces es de ansiedad» lo que me puso ansioso, pues a los días fui donde el psicólogo, preocupado yo pro ser un caso de ansiedad o doble personalidad — ; ) guiño a Les Luthiers, Manuel Dario — ya el psicólogo, me hizo un test de muchucientas preguntas, creo que 50 o algo así, el cual resolví (valga la palabra) en unos instantes, luego de esperar un momento por los resultados, el psicólogo me dice, no tienes ansiedad, pero dime que te preocupa, luego como un par nos ponemos a hablar de capacidades y me comenta sobre mi papá, que también era su paciente (creo que violo algo del secreto medico y eso) pero al retirarme de la consulta mas que aliviado salgo con el Ego allá por los Himalaya, el psicólogo no me había dicho cosas que no supiera ya, me sentí cómodo de hablar con alguien que en parte entienda lo que digo, peor no decía nada nuevo; no se por que mis amigos dicen que tuvieron malas experiencias con los susodichos. Ese fue el primer acercamiento de tratamiento a una melancolía sempiterna que se avecinaba.
Luego de seguir mi vida con sus altibajos, terminar el colegio con honores e ingresar a la Universidad, parecía que la vida no podría sonreírme más, todo lo planeado hace ya muchos años se venia cumpliendo casi al pie de la letra salvo algunos detalles que no concordaban con el plan maestro, ya empezando a conocer mis capacidades, aparece el, sino, peor enemigo que nunca se puede encontrar uno, la haraganería, luego de una huelga de docentes extremadamente prolongada, se volvió en mi un compañero de mal andar, hasta parecía que había olvidado el plan maestro, termine por decaer en eso que me daba honores y felicitaciones, si los estudios, había perdido importancia en ellos. y la melancolía, al darme cuenta de mi estado, inundo mi ser por completo ya era muy tarde para dejarla, luego con lo que me gusta el teatro, aprendí a ocultarla bajo el velo de la risa, de las excentricidades y demás. el mundo me veía sonriente alegre, pero mis batallas interiores carcomían mi alma, y ya que un alma débil no puede mantener un cuerpo, este también se desmoronaba.
Fue así, que en este reír llorando, y con la previa experiencia del psicólogo, no resultaba agradable ni prometedor visitar uno, intente ayudarme por mi propia cuenta, en ese tiempo no se cuantos libros de mejora personal leí, no hablan de nada interesante, no decían cosas que no se supiera ya por mera experiencia, así los libros no ayudaban, pronto algunas personas se percataban de estos pesares, y pues por amistad o compromiso, preguntaban por mi estado anímico, a algunas les comentaba pero en cuanto mas se acercaban, surgía una frase, esa que titula este post, Vete! con gritos o con el silencio, era un mensaje común, el que decía, y todo se alejaban, unos en paz otros ‘a patadas’, cosa que era la parte mas fea, pero si no me equivoco en todas esas algo dentro de mi les pedía que se queden que me ayuden.
Y es que a veces no podemos expresar de verdad lo que queremos, nos descontrolamos y terminamos diciendo aquello que no queremos decir y decimos lo contrario a lo que sentimos. Siento tristeza por todas esas personas que aparte, todos esos momentos que perdí, esas oportunidades que arroje al desperdicio, con este post trato de recordarme por que a veces soy tan cojudo, y para aprender que en adelante ser mas consistente, desde hoy diré, Quédate a mi lado! no me dejes, eres importante para mi.